viernes, 19 de octubre de 2012

No al cierre de las Artes Escénicas

La música forma parte da la vida cotidiana, forma parte de nosotros. La música lo es todo, y no es nada, quiero decir, la música es capaz de expresar todo aquello que somos incapaces de decir con la lengua.
Al igual que un medicamento pueda actuar contra el dolor y malestar físico que podamos llegar a sentir en el cuerpo, la música es ese medicamento que actúa conforme a las aflicciones del alma, actúa directamente contra la pena, es capaz de elevarnos hasta el punto de dejar de sentir todo aquello que nos ata al dolor mundanal de la vida misma, sumergirnos en el mas profundo mar del placer emocional, realmente sentir la catarsis de la que hablaba Aristóteles, o medicina para el alma, según Tales de Mileto. Así pues, la música posee el poder de cerrar, o abrir las heridas que se encuentran en lo más profundo de nuestro subconsciente, en nuestro espíritu, en la esencia de todo ser humano, dado que la música, no solo representa la cura, sino un lenguaje universal, como la risa o el amor, que al fin y al cabo es lo que toda persona necesita, y que se consigue tan sorprendentemente fácil como encender un mp3, la radio, el ordenador, la melodía del móvil cuando recibimos esa inesperada llamada... puede significar tanto..., pero claro, pararse a pesar, a reflexionar, a escuchar..., resulta muy difícil en un mundo tal cual el que  vivimos, ajetreados por el trabajo, las actividades, las demás personas, muertas de sed de actividad, acción..., siendo quizás todo lo contrario, el reposo, esa buena canción, esa sonrisa gratuita, ese abrazo de descanso, esa inesperada llamada., todo lo que puede ofrecernos un simple arpegio de guitarra, unas manos que bailen sobre el piano, o unos manporrazos bien dados en una batería, o el escuchar el ruido que generan tus pasos al andar, el ritmo, la melodía... todo ello, todo es lo que calmaría esa sed, esa pena, ese hastío vital, ese cansancio.
Por ello y por la carga cultural que contiene, la emoción, la vida que puede llegar a generar la música, es un tesoro nuestro, que tenemos que cuidar proteger, escuchar, mimar, independientemente del estilo que sea, del instrumento o el intérprete, el autor, la época, es algo nuestro, que nos acompaña dese el momento en que nacemos hasta el momento en el que la sinfonía de nuestra vida realiza un tutti final de la emoción.
Es un arte efímero, pero vivo, y como seres humanos que somos tenemos el deber de crearla, transmitirla guardarla, estudiarla, por eso no podemos permitir que algo tan maravilloso, tan significativo, tan enriquecedor, tan común a todos, caiga en el terrible desprestigio al que se le está conduciendo en la actualidad, por que la música forma parte de todos y todos formamos parte de ella, por eso dejar que acaben con su estudio y perfeccionamiento, la especialidad que se le pueda dedicar  es un error, un grave erro que tira por la borda todo ese trabajo que se le ha dedicado durante siglos, desde que el hombre es hombre, luchemos por mantener viva esa vida que nos llena a todos a diario, apoyemos a las personas que la cultivan, que la promueven, que la protegen, por ellos, y por todo lo que significa debemos unirnos para conseguir que la música tiña de colores las aulas, las bibliotecas,  a las personas, así que llevemos este mensaje musical a todos os rincones que podamos, pues no permitamos que nos quiten nuestro estudio de la música, no al cierre del Bachillerato de Artes Escénicas.

1 comentario:

  1. Diría más, aprender la música, el teatro y el dibujo, es otra forma de inteligencia. Valorar sólo la memoria y el pensamiento mecánico es de mediocres que solo saben hacer cuentas y construir frases gramaticales planas.
    Enhorabuena, Pedro

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